Eyaculación precoz

La Eyaculación precoz se produce en aquellos casos en que el hombre eyacula antes de lo deseado, es decir, que no puede controlar el reflejo eyaculatorio y esto le impide poder tener control sobre su eyaculación.

Este problema afecta a un 30% de la población masculina, pudiendo variar este porcentaje según el país que se tenga en cuenta.

La realidad es que la eyaculación precoz afecta a un gran porcentaje de hombres causando frustración, decepción, rechazo y miedos.

Clasificación

La eyaculación precoz primaria se refiere a aquella que ha existido siempre, es decir, el individuo nunca ha controlado la eyaculación.
La eyaculación precoz secundaria ocurre cuando se instaura en un momento determinado después de iniciarse la vida sexual del individuo. A menudo, los adolescentes experimentan episodios de eyaculación precoz durante sus primeras relaciones sexuales, pero con el tiempo aprenden a mejorar el control eyaculatorio.

Causas

Las causas de la eyaculación precoz son de origen variado y han evolucionado con el tiempo, sin embargo en la actualidad se puede afirmar que un 90% de los casos de eyaculación precoz responden a factores psicológicos o ambientales; mientras que el 10% restante encuentra su origen en desordenes anatómicos o fisiológicos.

En una relación sexual normal, la excitación en el hombre aumenta progresivamente hasta la fase llamada «meseta«, disfrutando de su placer sexual, hasta el momento que, de forma voluntaria, llega al clímax.

El eyaculador precoz no puede permanecer en la fase de «meseta», sino que se produce una excitación rápida y una eyaculación involuntaria y prematura.

Una de las causas se asocia con el aprendizaje que se da en las primeras experiencias sexuales, si éstas se han producido de una manera rápida y apresurada pueden fijar un patrón de conducta que puede persistir en las relaciones posteriores.

Existe una relación directa entre el eyaculador precoz y el hombre que demuestra signos de depresión; los síntomas relacionados con esta patología afectan al círculo afectivo del individuo generando tristeza, decaimiento o cambio en el humor. Esta situación es trasladada automáticamente a la vida cotidiana y habitual; modificando el rendimiento laboral, las ganas y la voluntad para realizar actividad sexual.

Los miedos también son un factor que puede derivar en algún grado de eyaculación precoz.
Por ejemplo el miedo a tener relaciones sexuales condiciona el rendimiento del hombre en el sexo. Esta «represión sexual» puede darse desde los inicios del hombre en la sexualidad o bien desarrollarse en edades maduras por falta de comunicación o relación insatisfactoria con la pareja.

En muchos casos, la eyaculación precoz es un signo de una afección psicológica (ansiedad, nerviosismo, etc.) o emocional (culpabilidad, angustia, etc.) y en pocos casos es debido a un trastorno orgánico.

Causas orgánicas

La eyaculación precoz puede ser consecuencia de:

Infecciones urogenitales de la uretra posterior y de la próstata.

Alteraciones de tipo neurológico

Trastornos degenerativos, alteraciones vasculares

Fármacos antidepresivos, antihipertensivos, estimulantes y antigripales

Desequilibrios hormonales

Enfermedades que alteran los mecanismos reflejos de la eyaculación.

Trastornos psiquiátricos

Factores psicológicos y ambientales

Aun cuando normalmente se subestima la relación que existe entre el bienestar emocional y el acto sexual satisfactorio, la eyaculación precoz puede ser causada, temporalmente, por:

Depresión, estrés

Represión sexual, falta generalizada de autoconfianza.

Falta de comunicación en la pareja

Heridas emocionales

Baja autoestima

Conflictos de pareja no resueltos que interfieren con la habilidad de lograr una intimidad emocional.

Estado extremo de deseo y excitación sexual.

La eyaculación precoz no resuelta puede generar otras formas de disfunción sexual. Disfunción eréctil, anorgasmia, etc.

Otras consideraciones

Por último podemos mencionar el aprendizaje inadecuado del individuo en edades tempranas tales como la infancia o adolescencia. Es posible que los jóvenes se inicien en la vida sexual con hábitos erróneos o prácticas inadecuadas que pueden originar ansiedad en el coito.

La ansiedad es muy frecuente en los jóvenes y justamente se desarrolla a partir de estas primeras  etapas de mayor expresión de las hormonas sexuales. Tal es el caso de la masturbación apresurada, los mensajes antisexuales durante la infancia y fracasos sexuales entre otros.

Intervención

Una vez diagnosticada correctamente la disfunción y valorado adecuadamente su posible origen, el tratamiento será orientado hacia una intervención sexológica, urológica o psicológica.

Afortunadamente, con los avances en el campo de la sexología, hoy es posible controlar la eyaculación precoz.

Los tratamientos para la eyaculación precoz se basan en técnicas y ejercicios que actuan sobre las zonas claves que regulan el reflejo eyaculatorio:

Terapia sexual

Técnicas cognitivo conductuales

Terapia de pareja